miércoles, 20 de agosto de 2008

La fallida primavera.

Por: sago
Casi cuatro meses despues que los estudiantes parisinos, secundados por millones de obreros franceses, dieran comienzo a uno de los movimientos juveniles mas relevantes del siglo XX, conocido como el mayo frances; 600.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones adelantaban una incursión belica en la ciudad de Praga, capital de lo que antes se conocia como Checoslovaquia, accion militar dirigida directamente desde el kremlin, refrendada y legitimada por el pacto de Varsovia y encaminada hacia la “normalizacion” de aquel desvio revisionista llamado - socialismo con rostro humano- .
El monolito stalinista veia con recelo las ideas del eslovaco Dubcek (secretario del partido comunista checo, PCCH) quien llevó a cabo un intento liberalizador dentro del ejercicio de la ortodoxia comunista enraizada en Checoslavaquia, permitiendo mayores libertades politicas y ampliando la participacion del pueblo en los espacios del poder, iniciativa que fue apoyada por la vanguardia intelectual y por la mayoría de la poblacion que sólo tenía quejas acalladas por el terror del régimen soviético.
A pesar que las tropas del Pacto de Varsovia encontraron a su entrada en Praga, la resistencia civica, pacifica y organizada de un pueblo que buscaba con la fuerza del argumento y la palabra detener el avance de la agresión sovietica, la desproporcionalidad del despliegue militar impuso finalmente el lenguaje de las armas. A la postre, aunque la represion no fue tan cruenta como años atrás en Hungria, la ocupación dejo como saldo la permanencia por la fuerza de un sistema que perdio cualquier credibilidad ante la población checoslovaca.
Hoy hace cuarenta años, impostores y tergiversadores se encargaban de empañar el modelo comunista con acciones y practicas que nada tenian que ver con los postulados marxistas, dejando como saldo un lastre historico imposible de borrar.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio